jueves, 5 de marzo de 2015

Una historia contra el racismo en el fútbol

 

Brasil país interesante por naturaleza, de la samba, del carnaval más famoso del mundo, del “jogo bonito”, de Pelé, del país con la selección de fútbol más conquistadora de títulos en copas mundiales, de tener la liga de fútbol más larga del planeta y de la gran pasión por éste deporte, no ha estado exento del racismo.

Con la segunda mayor población negra de América después de EEUU  y con su herencia latente en la gastronomía, la religiosidad, la música, las danzas, las artes y hasta en el aire que se respira en este país suramericano, ha tenido una turbulenta trayectoria de racismo combatido desde hace muchos años por uno de sus equipos más emblemáticos.

En el pasado donde el fútbol y las regatas eran el pasatiempo de los blancos y de la élite de país, algunos deportistas negros que deseaban practicar éstos deportes tenían que maquillarse con una especie de polvo hecho de arroz pulverizado para “blanquearse” y escondían sus rizos con una especie de peluquines. 

Tanto el equipo carioca “Bangu Atlético Clube” como conjunto paulista “Associação Atlética Ponte Preta” se disputan el honor de ser el primer club de Brasil en contar en su plantilla con un jugador negro, tanto así que Ponte Preta es conocido popularmente como “Macaca”, lo que en español sería “gorila hembra”. Ésta palabra es una forma despectiva que desde siempre se ha utilizado en Brasil para referirse a los negros, algo así como “simios”. La razón por la cual el apodo del club es una gorila hembra está ligado que su nombre traducido del portugués es “Puente Negra” y por ende el nombre del equipo se encuentra en femenino también.

Por su parte Flamengo, el club más popular del mundo con más de 40 millones de hinchas según las diferentes encuestas realizadas a través de los años en Brasil y emparentado comúnmente por sus rivales con el “pueblo” -la clase obrera y los favelados-, hace que sus hinchas sean denominados despectivamente por los contrarios como “Mulambos”, palabra de origen angoleña que fue después utilizada de forma peyorativa por los blancos para describir a un marginal o a una persona sucia, caso similar a Corinthians y el apodo impuesto a sus hinchas por sus rivales de “Gambás”. Contradictoriamente con el dato anterior, Flamengo fue uno de los equipos de Rio de Janeiro que más se opuso tanto a los jugadores como a los hinchas negros en los deportes.

Sin embargo más allá de como son llamados los hinchas de Flamengo, Corinthians, si fue Ponte Preta o Bangu el primer equipo brasileño en tener un jugador negro, fue y ha sido Vasco da Gama, uno de los más populares e importantes del país y que curiosamente era el equipo de la colectividad portuguesa de la ciudad, quien por primera vez saldría con un equipo donde la mayoría de los jugadores eran de raza negra y además en ser el primer club de Brasil en tener un presidente negro. Éste club carioca fue el precursor en el fútbol brasileño en abrir las puertas de su estadio a hinchas negros y operarios. Sus colores blanco y negro representan la unidad étnica y racial.

Para la época la actitud poco “lógica” en quienes seguían o tenían derecho a practicar el deporte, hizo que la reacción de los clubes tradicionales de Rio de Janeiro no se hiciera esperar y al año siguiente al cual Vasco da Gama presentó su equipo con una mayoría de deportistas negros, dieron un paso al costado América, Botafogo, Flamengo y Fluminense, dejando la Liga Metropolitana en señal de rechazo a ésta política irreverente de los “Vascaínos”, tomando la desición de fundar la Associação Metropolitana. Años después decidieron estos mismos equipos unificar las ligas nuevamente.

Es claro entonces que desde sus inicios Vasco da Gama hasta el día de hoy se ha mostrado como un ejemplo en Brasil, América y el mundo en contra del racismo y la discriminación en el deporte, demostrada con hechos y resaltada con una de sus frases históricas “Inclusão” e “Respeito” –Inclusión y Respeto-. Estos hechos de lucha continúan hasta el día de hoy lo han puesto en un lugar de admiración para fanáticos del fútbol e instituciones deportivas a nivel global.



lunes, 2 de marzo de 2015

¡Piratería somalí, la historia sin contar!


Foto: Farah Abdi Warsameh

Desde pequeño me enseñaron que siempre hay que escuchar dos versiones cuando se trata de temas políticos, conflictos u otras pugnas entre naciones, grupos étnicos, culturas, religiones o cualquier asunto entre individuos.

Hasta hace un tiempo hubo un “boom” mediático sobre el asunto de la piratería en el “Cuerno de África”, piratería del Siglo XXI, no de los famosos hombres que dejaron sus tesoros escondidos en diferentes islas del Caribe como Saint Croix, Saint Thomas o cualquier otro lugar donde se diga que existe una “cueva de Morgan”.

El asunto sobre estos piratas contemporáneos hizo que Hollywood –que no se pierde media en los asuntos de actualidad y los exprime al máximo-, se lanzara al ruedo y realizara una película que tuvo bastante acogida –Capitan Philliphs-.

“Occidente” para no hablar de naciones con nombres propios, le empezó a contar al mundo sobre una situación que se estaba presentando en la devastada nación africana de Somalia. Jóvenes y adultos estaban lanzándose al mar en rápidos botes interceptando gigantescos barcos de multinacionales que atraviesan de punta a punta el continente, con intención de secuestrarlos y asaltarlos, cosa que con seguridad sí sucedía y sigue sucediendo, por más que varias naciones se dispusieran a realizar controles en el área.

Para agrandar un poco más esta historia, se ligó a éstos “zorros de mar” con el grupo islámico Al-Shabbab, -el mismo que ha causado tanta destrucción en Somalia como en la vecina Kenya-, aunque claro, poco después se retractaron de éste señalamiento.

La otra cara de la moneda está en Eyl, un pueblo perteneciente a la región de Nugal en Puntlandia ,Somalía, el cual tiene una población de 32.350 personas.

Puntlandia históricamente ha sido un lugar sin dueño desde que se disolvió la “Somalia Italiana”, caso interesante para un lugar que es estratégico en el mar Rojo y el Océano Índico, pero ni las diferentes organizaciones internacionales, ni los diferentes estados independentistas dentro de Somalia han buscado adherirlos a sus proyectos.

En éste estado se encuentra la península de Hafun, donde reside la gran mayoría de las victimas del Tsunami del Océano Índico en el 2004. Todos estos datos son importantes para entender mejor quienes son los pobladores de ésta región que prácticamente está sumida en la miseria.

Mencionados estos antecedentes, el otro lado de esta historia nos manifiesta que la población de Eyl, la cual se dedica, o mejor, se dedicaba a la pesca , ya que sus aguas fueron contaminadas por los buques internacionales y el poco pescado que queda es saqueado ilegalmente, -sí,  tan ilegal como los piratas que buscan conseguir unas monedas para llevar comida a sus casas-, por navíos pesqueros de países como Corea del Sur que se han dedicado a explotar recursos en aguas ajenas de África y Oriente Medio –Caso Sierra Leona, Guinea, Omán, Yemen y ahora en Somalia-.

Entonces ¿cómo se juzga a uno de los pueblos más pobres del mundo, al cual le es usurpado su sustento básico y se le destruye el recurso natural del cual subsiste su población en una tierra prácticamente estéril mientras muere de hambre?