Foto: Farah Abdi Warsameh
Desde pequeño me enseñaron que siempre hay que escuchar
dos versiones cuando se trata de temas políticos, conflictos u otras pugnas
entre naciones, grupos étnicos, culturas, religiones o cualquier asunto entre
individuos.
Hasta hace un tiempo hubo un “boom” mediático sobre el
asunto de la piratería en el “Cuerno de África”, piratería del Siglo XXI, no de
los famosos hombres que dejaron sus tesoros escondidos en diferentes islas del
Caribe como Saint Croix, Saint Thomas o cualquier otro lugar donde se diga que
existe una “cueva de Morgan”.
El asunto sobre estos piratas contemporáneos hizo que
Hollywood –que no se pierde media en los asuntos de actualidad y los exprime al
máximo-, se lanzara al ruedo y realizara una película que tuvo bastante acogida
–Capitan Philliphs-.
“Occidente” para no hablar de naciones con nombres
propios, le empezó a contar al mundo sobre una situación que se estaba
presentando en la devastada nación africana de Somalia. Jóvenes y adultos
estaban lanzándose al mar en rápidos botes interceptando gigantescos barcos de
multinacionales que atraviesan de punta a punta el continente, con intención de
secuestrarlos y asaltarlos, cosa que con seguridad sí sucedía y sigue
sucediendo, por más que varias naciones se dispusieran a realizar controles en
el área.
Para agrandar un poco más esta historia, se ligó a éstos
“zorros de mar” con el grupo islámico Al-Shabbab, -el mismo que ha causado
tanta destrucción en Somalia como en la vecina Kenya-, aunque claro, poco
después se retractaron de éste señalamiento.
La otra cara de la moneda está en Eyl, un pueblo
perteneciente a la región de Nugal en Puntlandia ,Somalía, el cual tiene una población de 32.350 personas.
Puntlandia históricamente ha sido un lugar sin dueño
desde que se disolvió la “Somalia Italiana”, caso interesante para un lugar que
es estratégico en el mar Rojo y el Océano Índico, pero ni las diferentes
organizaciones internacionales, ni los diferentes estados independentistas
dentro de Somalia han buscado adherirlos a sus proyectos.
En éste estado se encuentra la península de Hafun, donde
reside la gran mayoría de las victimas del Tsunami del Océano Índico en el
2004. Todos estos datos son importantes para entender mejor quienes son los
pobladores de ésta región que prácticamente está sumida en la miseria.
Mencionados estos antecedentes, el otro lado de esta
historia nos manifiesta que la población de Eyl, la cual se dedica, o mejor,
se dedicaba a la pesca , ya que sus aguas fueron contaminadas por los buques
internacionales y el poco pescado que queda es saqueado ilegalmente, -sí,
tan ilegal como los piratas que buscan conseguir unas monedas para llevar
comida a sus casas-, por navíos pesqueros de países como Corea del Sur que se
han dedicado a explotar recursos en aguas ajenas de África y Oriente Medio
–Caso Sierra Leona, Guinea, Omán, Yemen y ahora en Somalia-.
Entonces ¿cómo se juzga a uno de los pueblos más
pobres del mundo, al cual le es usurpado su sustento básico y se le destruye el recurso natural del cual subsiste su población en una tierra prácticamente estéril mientras muere de
hambre?
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